Acerca del Síndrome de Fatiga Crónica
El síndrome de fatiga crónica es un trastorno caracterizado por una falta de fuerzas, cansancio o fatiga acentuada que se prolonga en el tiempo y que interfiere en las actividades cotidianas de la persona. Habitualmente la causa responsable no puede ser identificada fehacientemente, por lo que muchos autores involucran a factores

psicológicos ya que algunos de los afectados presentan un
cuadro depresivo, de ansiedad o algún trastorno de la personalidad.
El origen viral es bastante aceptado, ya que muchas personas manifiestan que, previamente a la fatiga crónica, presentaron un cuadro gripal o de mononucleosis infecciosa producida a su vez por el virus Epstein Barr.
Entre los antecedentes de algunas personas con este síndrome figuran cuadros de alergia, por lo que las reacciones alérgicas están incluidas también como causas desencadenantes.
Síntomas
El síndrome de fatiga crónica es una enfermedad de difícil diagnóstico, ya que en ocasiones se confunde con otras enfermedades de síntomas parecidos.
La mayoría de las personas manifiestan que desde hace más de seis o siete meses presentan un cuadro de fatiga bastante acentuada que les impide realizar sus tareas cotidianas como lo venían haciendo habitualmente. No es raro que se acompañe de malestar general, aparición de ganglios y dolores en varias regiones del cuerpo como la cabeza, el abdomen, las articulaciones y la garganta. Es muy común que se intensifique al realizar algún tipo de esfuerzo o actividad física. La temperatura corporal aumenta en muchos casos y el sueño suele estar perturbado generalmente. En todos los casos es muy importante agotar todos los recursos diagnósticos para identificar la causa, ya que puede tratarse en realidad de una enfermedad común pero con una presentación atípica.
Tratamiento
Como consecuencia de que la causa no puede ser identificada con certeza en muchos casos, y que existen controversias acerca de sus posibles causas, el tratamiento debe realizarse en forma totalmente individualizada. Algunos han utilizado medicamentos antivirales como la amantadina o el aciclovir, pero sin obtener buenos resultados. También se ha promovido la utilización de suplementos vitamínicos y dietarios sin que se haya demostrado su utilidad. La derivación psicológica debe ser considerada en todo momento, ya que muchas de estas personas presentan algunos rasgos de diversos trastornos psicológicos. Muchos de ellos mejoran notablemente cuando se les administra antidepresivos.